La publicación científica NewScientist informa sobre el descubrimiento de la celulosa de la madera como un material conductor de la electricidad, flexible, resistente y ligero que está llamado a revolucionar la tecnología del siglo XXI.

Hasta ahora, el material llamado a realizar estas funciones eran los nanotubos de carbono, que ahora podrían verse desplazados por este nuevo descubrimiento, bautizado con el acrónimo NCC (que responde a Nanocrystalline Cellulose) y que son una especie de cristales puntiagudos que suponen la versión natural y renovable de esos nanotubos de carbono. La abundancia en la naturaleza y la mayor facilidad de obtención del NCC son factores que juegan muy a favor de este nuevo material.

Otras de las aplicaciones del NCC podrían servir para sustituir al plástico no orgánico, o como alternativa eficiente, con mejor resultado y menor coste, al kevlar y a la fibra de vidrio.

Pero no se trata de una opción de futuro: IBM ya está utilizando este material para crear algunos componentes para ordenadores, e incluso el ejército de Estados Unidos ya lo está aplicando en la elaboración de algunas protecciones corporales ligeras y para el desarrollo de vidrio balístico.

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